¿Qué tienen en común las semillas de uva, el té verde y la granada? Todas están repletas de ciertas sustancias naturales llamadas proantocianidinas oligoméricas o “PCO”. Hoy te contamos las características de estas valiosas sustancias vegetales y por qué las investigaciones en materia de nutrición se interesan tanto por ellas.
Tras esta sigla no solo se esconde una sustancia, sino toda una serie de valiosos elementos vegetales. Como los llamados "sustancias vegetales secundarias", las OPC (proantocianidinas oligoméricas) no son en sí unos fitoquímicos esenciales para las plantas, pero sin duda les reportan muchos beneficios.
Cortezas, hojas, cáscaras: en la naturaleza, las PCO son particularmente abundantes en las partes de las plantas en contacto con el mundo exterior y que interactúan con él. Sin embargo, también se pueden encontrar cantidades más grandes de estas sustancias secundarias en las semillas y corazones. Si nos fijamos en la función de las PCO en las plantas, las encontramos bien posicionados en las capas límite y los órganos reproductivos; después de todo, forman una especie de sistema de defensa vegetal que las protege de la radiación UV, las influencias climáticas, los depredadores y la infestación de plagas.
“Lo que protege a las plantas también podría ser útil para los humanos”. Este es el lema de la investigación nutricional desde principios de la década de 1990, que se ha centrado extensamente en el mundo de los fitoquímicos. Desde entonces, el nivel de conocimiento sobre la diversidad de estas 10 000 sustanciales se ha expandido considerablemente y, en la actualidad, hay un acuerdo más o menos consensuado sobre que estas sustancias que aportan protección, sabor, aroma y color también pueden tener un efecto en el organismo humano.
Uno de los representantes más conocidos de los fitoquímicos es el resveratrol, un componente del vino tinto. Como sustancia protectora natural, el resveratrol de las plantas contrarresta la infestación por parásitos y hongos. También en casos de estrés, por ejemplo, bajo radiación UV, la planta forma más resveratrol.
Las PCO suelen asociarse con las semillas de la uva. Después de todo, estas pequeñas son verdaderas bombas de estos fitoquímicos. Sin embargo, también hay PCO en la piel de las uvas rojas y los cacahuetes, las manzanas, las granadas, los arándanos, el té y el vino tinto. El contenido de PCO de un alimento está sujeto a fluctuaciones naturales, que están determinadas por las condiciones de cultivo.
Si deseas contar con una porción adicional de valiosas PCO, puedes hacerlo mediante un suplemento dietético de primera clase. Los preparados de PCO recomendables se caracterizan por una excelente calidad del producto: utilizan extractos que contienen PCO sometidos a rigurosos y exhaustivos controles de calidad y prescinden de aditivos innecesarios. El nivel de calidad es particularmente alto debido a los estrictos controles de un tercero independiente.
Como el contenido natural de PCO de los alimentos está sujeto a ciertas fluctuaciones, los preparados de buena calidad contienen cantidades estandarizadas de estas sustancias. Esto garantiza que ingieras la cantidad que esperas. Las sofisticadas combinaciones con otros extractos vegetales garantizan una interacción óptima de los ingredientes.
Los preparados de PCO se toman mejor con el estómago vacío (aprox. 30 - 45 minutos antes o al menos 30 minutos después de una comida) y con mucho líquido para lograr un aprovechamiento óptimo. No obstante, las personas con un estómago sensible también pueden tomar el preparado con las comidas para mejorar la tolerancia.
Las PCO se pueden tomar a cualquier hora del día, aunque lo ideal es estar en ayunas a la hora elegida o al menos no haber comido nada durante 30 minutos.
La dosis diaria recomendada de PCO es de 1-2 mg por kilogramo de peso corporal. Mediante la combinación de diferentes extractos vegetales, se añaden más fitonutrientes, que complementan y optimizan los PCO.
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Literatura del autor.
